sábado, 12 de junio de 2010

Tapas de Urnas funerarias


Urnas funerarias encontradas en las sabanas del Tigre, en Tamalameque. Cesar. Nuestros Aborígenes, (Indios Chimilas) acostumbraban a deformarse el cráneo y cuerpo desde niños, a quienes se les amarraban tablillas de madera en la parte superior del cráneo y ligaduras en brazos y muslos; para verse mas feroces y temibles ante sus enemigos; el hecho de que estas figuras tengan la cabeza aplanada demuestra que pertenecen a la cultura Tamalameque. Tienen en su cuerpo aplicaciones que semejan ranas esquemáticas. Las tapas corresponden a una cabeza humana con deformación craneal y algunas de ellas conservan pintura facial. Las tapas de estas urnas funerarias sostienen figuras antropomorfas sentadas sobre un banquillo o representaciones de aves y de felinos; decoración incisa y diseños geométricos complejos. Algunas de las figuras sentadas llevan un recipiente en sus manos; están decoradas con incisiones que semejan tatuajes o pintura corporal con la cabeza aplanada y en los brazos y piernas presentan abultamiento por el uso de ligaduras.
El uso de las urnas ha sido interpretado por algunos arqueólogos como el regreso del muerto al útero materno. La representación de la figura humana sentada, ya sea sobre la tapa o sobre un banco, es asociada a la figura chamánica por su posición rígida, volviéndose un símbolo hierático. Diversos estudios etnológicos y fuentes históricas indican que dicha posición connota un sentido de autoridad y poder; por ello la aparición en algunas tapas de figuras zoomorfas —principalmente jaguares y aves— se interpreta como el “hombre jaguar” o el “vuelo del chamán” que son dos temas recurrentes en el chamanismo. Igualmente, la presencia de lagartijas, serpientes y sapos tiene un fuerte significado simbólico pues son seres que se transforman o renacen. El cambio de piel en las serpientes o la regeneración de pies y cola en las lagartijas se relacionan con la metamorfosis o paso hacia otro estado de vida. El costo de cada una de estas piezas pasa del millón de pesos, algunas se encuentran en el museo nacional y otras en manos de coleccionistas profesionales.


Sabemos que los primeros pobladores del departamento de Cesar fueron los indios chibchas y arawack; de esta mezcla se formaron los chimilas. La palabra Chimila significa “muchedumbre”. Algunos historiadores hablan de la nación Chimila para significar el extenso territorio que controlaba la multitud y pobladores que tenían todo el Valle de Upar, hasta la margen del río Magdalena. Toda la franja del río Magdalena perteneciente hoy a los departamentos del Cesar y Magdalena, y desde Tamalameque hasta Salamina fue “tierra de Chimila”.

Los chimilas acostumbraban a enterrar a sus familiares en vasijas de barro con características antropomorfas. Las piezas que se han encontrado han sido producto de esporádicas excursiones arqueológicas o aventuras originadas en la nefasta costumbre de la guaquería. Campesinos, labriegos y guaqueros que se dedican a realizar excavaciones en distintos sitios del Departamento de Cesar. Las urnas funerarias, correspondían a manifestaciones de tipo ritual, en el que se practicaban enterramientos en grandes recipientes cerámicos cuyas tapas tenían figuras humanas sentadas sobre banquillos y representaciones de aves y de jaguares. El estilo de las urnas de la zona norte, en Tamalameque, difería notablemente del de la zona sur, en Honda y Calzón de Oro.

Las representaciones de un cuerpo humano con rostro y extremidades, en la tapa de las urnas, representa el regreso del cadáver al útero materno, el renacimiento. En unos casos la figura aparecía como la esfinge del muerto, sentado en posición rígida con las manos sobre las rodillas y en otros, con cuencos en una mano, como ingiriendo alguna bebida alucinógena, lo cual podía representar el trance chamánico.

Tamalameque

Nacer en Tamalameque, es un emocionante acto de amor, sencillez, amabilidad, es sentir que papá Dios te bendijo dándote la dicha de ser un tamalamequero mas, un ser nacido para amar y ser amado; un ser que brindará por siempre la felicidad y alegría que lleva por dentro y que le sale por sus poros.