LAS VELAS
DE TÍO BURRO
Tío Conejo era muy amigo de Tío Burro; pero, Conejo era bebedor de ron,
mientras que Tío Burro no tenía vicios.
Un día Tío conejo iba para el pueblo a beber como siempre y en el camino
se encontró con Tío Burro:
- ¡Tío conejo!...ya que vas para el pueblo te voy a dar 20 pesos, para
que me traigas 4 velas. – Le solicitó Tío Burro.
- ¡Claro Tío Burro!, yo te hago el favor. – Alegre respondió Conejo;
pues ya tenía dinero para tomar ron.
Conejo se fue al pueblo, compró las cuatro velas de Tío Burro que le
costaron 4 pesos y le quedaron 16 pesos; los que procedió a bebérselos en
ron. Al día siguiente llegó donde Tío
Burro y le entregó las 4 velas.
- ¡Tío Conejo! y mis vueltos. – Reclamó Tío Burro; pues sabía el precio
de las velas.
- Te compré cuatro velas y en velas cuatro son ocho, y dos por ocho
dieciséis y en velas cuatro son veinte.
No te quedan vueltos. – Dijo Tío Conejo, muy serio.
- ¡No joda Tío Conejo!...el que sabe, sabe…- Contestó Burro convencido
con las cuentas de Conejo.
DEL FOLCLOR.
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